La reciente respuesta de la Alcaldía de Bogotá a la solicitud de información sobre los parqueaderos en el Supercade de la 30 es un ejemplo alarmante de la negligencia gubernamental en la atención a las necesidades de la ciudadanía. La petición, presentada por la Veeduría Ciudadana LOS OJOS DE BOLÍVAR, buscaba obtener transparencia y equidad en el acceso a los servicios estatales, pero la respuesta proporcionada deja mucho que desear.
En primer lugar, la Alcaldía de Bogotá, a través de la Secretaría Distrital de Hacienda, minimiza la importancia de la solicitud al dirigirse al «Peticionario anónimo«, ignorando el papel crucial de la Veeduría Ciudadana en la promoción de la transparencia y la rendición de cuentas. Esta falta de reconocimiento es indicativa de una actitud indiferente hacia las iniciativas ciudadanas de control social.
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Además, la respuesta gubernamental revela una clara preferencia por los funcionarios públicos en detrimento de la ciudadanía en general. Se justifica la asignación exclusiva de parqueaderos a los empleados del Centro Administrativo Distrital bajo el pretexto de la seguridad y la capacidad instalada, sin considerar adecuadamente las necesidades de aquellos que dependen de los servicios del Supercade de la 30.
La falta de accesibilidad a los parqueaderos no solo dificulta la vida cotidiana de los ciudadanos que buscan acceder a los servicios estatales, sino que también socava la confianza en la capacidad del gobierno para representar y atender las necesidades de la población. La respuesta gubernamental, lejos de abordar estas preocupaciones legítimas, las ignora en gran medida, perpetuando así la exclusión y la desigualdad en el acceso a los servicios públicos.
Es fundamental que la Alcaldía de Bogotá reconozca la importancia de escuchar y responder de manera efectiva a las inquietudes de la ciudadanía. La transparencia y la rendición de cuentas son pilares fundamentales de la democracia, y es responsabilidad del gobierno garantizar que estos principios se respeten en todos los niveles de la administración pública.
La ciudadanía no debe resignarse a la falta de respuesta y la indiferencia de las autoridades. Es hora de exigir un gobierno que esté verdaderamente comprometido con el bienestar y los intereses de todos los ciudadanos. La lucha por la equidad y la justicia social continúa, y es responsabilidad de todos hacer oír sus voces y demandar un cambio real y significativo.
