Bogotá, Junio 15 de 2020. Esta semana, Barranquilla superó el 80% de la ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Tan grave es la situación que el viernes pasado, una clínica de la ciudad se vio obligada a cerrar las puertas de urgencias por la alta demanda de pacientes con síntomas de COVID-19.
Debido a que en la ciudad los casos de COVID-19 han aumentado aceleradamente, las autoridades distritales han tomado medidas con el fin de menguar el contagio. Desde el pasado 13 de junio, tanto Barranquilla como el departamento están en toque de queda.
No han pasado tres meses desde que se conocieron los primeros casos de COVID-19 en Atlántico, y hoy es el segundo territorio con mayor morbilidad por el virus en Colombia, con un total de 9.837 contagiados, incluyendo los casos en Barranquilla. La realidad nos muestra que las medidas no han sido suficientes para frenar el avance de la pandemia, principalmente, por dos causas: la pobreza y la indisciplina de la población.
No acatar el distanciamiento social es una clara violación de las medidas de la cuarentena y del sentido en común que aumenta el riesgo de propagación del virus. De hecho, las autoridades han impuesto más de 47 mil comparendos por incumplimiento de las medidas durante esta temporada.
Debido a este escenario, tanto la Alcaldía Distrital como la Gobernación del Atlántico se han empeñado en ejercer un mejor control de la enfermedad y, para eso, han aumentado la cantidad de pruebas diagnósticas. Con este propósito han habilitado y dotado laboratorios en este territorio, lo que, naturalmente, también impacta en el aumento del número de casos de contagio registrados.
Los análisis apuntan a que la curva de contagios seguirá en ascenso. Por lo mismo, es urgente lograr que los atlanticenses comprendan la necesidad e importancia del autocuidado como método para controlar la pandemia. Solo la autorresponsabilidad nos liberará de las cadenas pesadas que no has impuesto la COVID-19.
Fuente: Razón Pública